lunes, 31 de marzo de 2008

Exageracionismo

El porqué de una vanguardia. Cuando la literatura se limita a imitar lo que ya se ha hecho, cuando los cánones estéticos se contaminan, cuando se cae en lo que se debe y no hacer (hablar de la belleza, siempre la belleza, y dejar a un lado lo desagradable de la humanidad, utilización moderada del adjetivo, mensaje en el lector…), cuando los intelectuales se adueñan del camino que debe seguir el arte de un país y deciden lo que es bueno y lo que es malo sólo por el hecho de que ha seguido o no su camino, cuando los best seller llenan las librerías y pululan las mafias literarias… Cuando todo eso pasa es necesario DESTRUIR los esquemas y proponer algo nuevo. Algo que de apertura a nuevas obras sin caer en lo trillado, en el lugar común, en la imitación barata… El EXAGERACIONISMO, si bien no llega a ser aún una vanguardia (eso lo decidirá su historia), es una propuesta “fresca” de lo que queremos para el arte en México. Esperemos que muchos artistas concuerden con las ideas aquí planteadas o que por el contrario, vayan en nuestra contra… Pero que se den cuenta de que el castrado de Monsiváis ya no tiene cabida en la cultura de nuestro país y bueno, que decir de la frígida Poniatowska… Y de tantos y tantos…

¡Muera Diego Rivera!

Gritamos con toda sinceridad. El arte en México ya es otra cosa, no nos confundan ni siquiera con el maestro Paz. Hay que hacer algo del siglo XXI y dejar huella, despojémonos de tanta contaminación…

¡Liberación total!

Manifiesto:

Exageracionismo: Hacer absurda la realidad multidimensional en la que estamos sumergidos, EXAGERAR, llevar las cosas al extremo. No conformarse con la simple narración o presentación de imágenes pura y llana, sino que hay que transmitir todo eso de forma más impactante, incluso, si hay que crear una nueva lógica.
La realidad en que vivimos no es puramente física, se compone también de una realidad psíquica, onírica, caótica… Es por ello que hablamos de abordar una realidad multidimensional, y sin darle mayor fuerza a una o a otra, ya que todas componen, en mayor o menor grado (eso depende de cada quien), nuestra concepción del universo. Y en medida que comprendamos estás realidades nos comprenderemos y aceptaremos nosotros mismos.
Escribir no es encontrarle un bonito sentido a la vida, sino encontrar un sentido a uno mismo. Por eso es necesario ver no solamente el lado virtuoso de la humanidad, sino que debemos aceptar también su lado perverso y maligno. Porque el corazón del hombre no sólo está lleno de amor…
Plantear un equilibrio absoluto de la temporalidad. Presente, pasado y futuro deben compartir las páginas de perlas negras, la temporalidad no es algo que tenga que limitar al escritor. Los tiempos verbales no tienen que ser enemigos necesariamente.

¡Muera el comunismo: lugar común!

No somos los únicos que han combatido contra el lugar común, y esperamos que está lucha rinda frutos. Es muy difícil crear algo nuevo, pero precisamente ahí se encuentra el trabajo del escritor, en la creación, en regalarle al lector la llamada “vuelta de tuerca”. Para esto, nos podemos auxiliar de herramientas como son: la renovación del lenguaje, la metáfora, el hipérbole, el hipérbaton, adhesión de palabras extranjeras pero de uso común (break, ipod, fuck, parlar, chance…), imaginación… Lo más importante es la creatividad.
La creatividad debe estar por encima del enciclopedismo. Basta de tomar y retomar obras para interpretaciones y reinterpretaciones. Los artistas deben de diseñar su propia mitología, sus propios valores del arte… Evidentemente hay que conocer lo que ya se ha hecho y estudiarlo, pero ello no significa que la obra del artista tenga que basarse en trabajos precedentes. ¡Basta también de poses y de intelectualismo! El trabajo del artista debe de hablar por sí mismo.
Establecer una literatura en su forma más pura, alegada de prejuicios, juicios de valor, moralejas, tipificaciones, convencionalismos. Alegarse también de lo político, la literatura no debe servir para apoyar ninguna causa, la literatura no es un panfleto político, ni busca crear conciencia. ¡Los escritores no somos educadores de nadie!
No será un movimiento nihilista: No negaremos la existencia de Dios ya que ni siquiera pondremos el problema sobre la mesa. Ni nos debatiremos en apoyar a las masas, ni al absurdo capitalismo, esos problemas los dejaremos de lado. Lo importante aquí es la humanidad: la descripción de la realidad en que el hombre compasivo y cruel, divino y perverso, se desenvuelve. Tampoco nos ocuparemos de la existencia, ¡existir para pensar, pensar para crear!
Despojar la idea de belleza como estética. La falsa idea hollywoodense de lo que es arte no tiene cabida en la cosmovisión del movimiento. Nos preocuparán más las armonías, la búsqueda de estilos nuevos y la descripción sí, de lo bello, pero también de aquello que nadie quiere hablar, de lo desagradable del hombre. Para así entendernos y aceptarnos como somos, sin tratar de cambiar el mundo.
Cada uno es propietario de las vías donde pasarán sus trenes.

¡El EXAGERACIONISMO está en marcha!

Este es un llamado a todos los artistas que no han perdido la fe en la cultura mexicana y tienen el deseo de la renovación del arte. La cultura independiente debe de tomar fuerza de ahora en adelante. Hagamos historia.